Monday, March 16, 2009

JOSEFA RAMÍREZ MUÑOZ: ¿PREDESTINADA O VÍCTIMA?

Un ejemplo de atentado a la dignidad, es el caso de Josefa Ramírez Muñoz, quien tenia 86 años de edad, soltera y sin hijos. Josefa Ramírez Muñoz fue siempre una mujer activa, dinámica y trabajadora, desempeñando en su juventud, entre otros trabajos, el cargo de Secretaria de un Juzgado en el Estado Guárico.

Josefa, quien era una genuina cristiana evangélica, el 15 de septiembre del año 1955, aceptó la oferta de trabajo como asistente personal de Verla Peterson, misionera de las Iglesias Evangélicas Libres de América. Poco tiempo después, Josefa partió de su pueblo natal, Tucupido del Llano Estado Guárico, dejando a su madre y amistades para dedicarse a tiempo pleno a la misionera o a quien ésta le indicare, en el nuevo sitio de residencia de la misionera. Tiempo pleno, a diferencia de tiempo completo que comprende 8 horas diarias de lunes a viernes, es entendido como disponibilidad total las 24 horas, 7 días a la semana los 365 días al año, para realizar cualquier actividad indeterminada. Para cumplir con su actividad laboral, a disponibilidad total, Josefa tenía que vivir bajo el mismo techo de Verla Peterson. La misionera obvió los derechos laborales de Josefa, aún cuando en Venezuela existía para ese entonces, una legislación laboral que amparaba a los trabajadores. Los Estados Unidos de América, país de origen de la misionera, también tenía leyes que protegían a los trabajadores, pero ni la misionera Verla Peterson ni la Misión Iglesias Evangélicas Libres de América, le otorgaron a Josefa Ramírez Muñoz beneficio laboral alguno. Josefa nunca disfrutó de beneficios tales como sobretiempo, seguro social, seguro médico o vacaciones.

Entre las actividades desempeñadas por Josefa, estaba la capacitación a la misionera para la debida integración de la estadounidense a la cultura venezolana. Conociendo las habilidades del lenguaje de Josefa, Verla Peterson la ocupó intensivamente en la enseñanza del idioma español y en la redacción de cartas, escritos y documentos, elementos vitales del trabajo de la misionera en Venezuela. Pero allí no finalizaba todo, Josefa tenía a su entera responsabilidad el mantenimiento doméstico general de la casa. Josefa lavaba, planchaba, cocinaba, lavaba trastes, servía de niñera a los hijos e hijas de los amigos de Verla Peterson. También realizaba actividades mayores como jardinería y la atención de animales domésticos. De allí su gran afición por los loros, por lo cual era famosa entre todos los misioneros de las Iglesias Evangélicas Libres de América que llegaban a trabajar a Venezuela.

Sin embargo, allí tampoco terminaban sus responsabilidades laborales. Bajo la dirección y el protagonismo de Verla Peterson, Josefa era la cocinera oficial de los campamentos y eventos de las Iglesias Evangélicas Libres en su sede Rancho Grande, El Limón, Estado Aragua. Fue básicamente en la cocina del Campamento Rancho Grande, donde Josefa llegó a ser conocida por todas las personas que participaban en los eventos de las Iglesias Evangélicas Libres de Venezuela y de la Misión de las Iglesias Evangélicas Libres de América. Josefa llegó a ser el personaje mas conocido de las Iglesias Evangélicas Libres de Venezuela, llegando su fama a trascender las fronteras de Venezuela por su servicio a las familias misioneras que llegaban al país. Los hijos e hijas de los misioneros, ahora adultos, todavía recuerdan a la tía Josefa por su sazón en la comida, las porciones extras de comida y por sus loros que interpretaban coros e himnos cristianos.